Bajo el esquema actual, donde nos vimos obligados al distanciamiento social y buscar alternativas para dar continuidad a la educación formal de millones de estudiantes a nivel mundial, surge la interrogante, ¿Cómo y qué enseñar a mis alumnos? Y más aún ¿Cómo podré evaluar lo que les enseño y cómo saber cuánto aprendieron realmente?
Así nos encontramos ante varias interrogante que día a día saltan frente nosotros, de tal forma que buscamos o diseñamos alternativas emergentes que permitan el cumplimiento de las necesidades administrativas inmediatas dejándonos una sensación de duda sobre la veracidad de los datos que, obligadamente, enviamos para la satisfacción de nuestra autoridades y por el bien de nuestros alumnos que, al final, son los menos culpables ante esta situación.
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En este artículo podrás encontrar información sobre:
- Educación a distancia en LATAM
- Componentes básicos de la evaluación formativa
- Aula invertida y recursos
Educación a distancia en LATAM
Tenemos aquí dos escenarios mundiales, uno donde los países del cono norte en los cuales el distanciamiento social se intensifica a partir del mes de marzo encontrándose con un avance del ciclo escolar al 75%, lo cual permite a los profesores discriminar los contenidos menos relevantes y centrarse en aquellos que permitieran a sus alumnos avanzar lo más posible en el logro de los objetivos de aprendizaje (OAs) establecidos para el grado escolar que está por terminar y alcanzar, o acercarse al menos, al logro de los aprendizajes esperados (AE).
Por otro lado, los países del cono sur a quienes la emergencia sanitaria les llega recién comenzando el ciclo escolar viéndose obligados a reorganizar completamente el ciclo escolar y establecer un priorización de contenidos, reconociendo las limitaciones tecnológicas de distinta Índole, así como las limitaciones metodológicas y estructurales de los sistemas educativos actuales.
Bajo estas condiciones, tanto la del norte como la del sur, ¿Qué podemos hacer los profesores?, en mi país (México) la consigna es muy clara y directa, cero reprobados, es lo que menciona el documento de Criterios de Acreditación, Promoción y Certificación Ciclo Escolar 2019 -2020, ya habrá tiempo para diagnosticar avances y establecer medidas remédiales, en otros países del sur por ejemplo Chile y Perú, se reestructuran y reorganizan contenidos para que los maestros trabajen a distancia categorizando los contenidos mediante la priorización curricular, puedes consultar nuestro artículo sobre Priorización curricular.
Para ambos escenarios se abre la oportunidad de abordar la evaluación de los aprendizajes bajo una perspectiva diferente, la evaluación en su función formativa. Esta propuesta de valuación subyace ante la premisa de evaluar para aprender, integrando la evaluación con la enseñanza y el aprendizaje.
Comúnmente y como profesores inmersos en el sistema educativo tradicional que establece y obliga al uso de escalas cuantitativas emanadas de un solo criterio (examen escrito, oral, tareas, trabajos, etc.) lo cual nos lleva al diseño de instrumentos de evaluación que miden, generalmente, el grado de contenidos aprendidos por el estudiante sin permitirnos valorar realmente el nivel en los OAs o el AE.
A diferencia de lo anterior la evaluación en su función formativa permite al alumno ser partícipe de su propia evaluación considerándolos como protagonistas de su propio aprendizaje y reconoce las particularidades de cada individuo invitándolo a la reflexión sobre los saberes aprendidos para que valore sus avances y establezca sus propios alcances definiendo sus necesidades, así el profesor se convierte en un guía que ayuda al alumno a alcanzar los objetivos esperados a través de sus propias capacidades e intereses.
Componentes básicos de la evaluación formativa
Existen diversas formas de implementar la evaluación formativa, presentado mayor o menor éxito y dependiendo principalmente de la forma como el profesor la diseña, implementa y le da seguimiento, teniendo todas ellas componentes básicos que las identifican:
1.- El diálogo con los estudiantes: Se requiere favorecer la comunicación constante y fluida para que los mismos estudiantes identifiquen 2 cosas fundamentales ¿Qué debo aprender? ¿Cómo puedo saber que lo aprendí? Así en un primera instancia definimos con ellos el objetivo de aprendizaje y cómo evaluarlo.
2.- El diseño de la clase y las actividades: Una vez definido el objetivo y cómo lo evaluaremos debemos determinar en conjunto con nuestros alumnos ¿Qué actividades haremos para lograr aprender? Aquí entra en función la diversificación, ya que cada alumno podrá determinar diferentes formas de lograr el objetivo.
3.- Retroalimentación: En este punto debemos agrupar las actividades afines y retroalimentar a los estudiantes respecto a la viabilidad y facilidad para llevarlas a cabo, ayudándoles a priorizar o organizar estas actividades
4.- Diálogo entre pares: Un cuarto elemento importante es el diálogo entre pares, permitiéndole a los alumnos que dialoguen entre ellos, colaboren mutuamente en el desarrollo de sus actividades y tareas como un proceso cooperativo que les permita llegar simultáneamente al objetivo señalado.
5.- Promover la autorregulación y el automonitoreo de avances: Es necesario permitir que los alumnos identifiquen y midan el avance en sus objetivos y metas previstas, recopilando información, orientando sus acciones y redefiniendo alcances.
Aula invertida
Todo lo anterior se puede implementar de una forma sencilla mediante el uso de la metodología del aula invertida, aquí te dejo algunos recursos en donde puedes conocer sus características y cómo implementarla:
¿Qué hace tan popular al modelo de aula invertida?
Diferencias entre aula tradicional y aula invertida
4 puntos para demostrar que el aula invertida funciona
6 beneficios del aula invertida o flipped classroom
Finalmente es importante reflexionar sobre nuestra práctica, la tradición de evaluación escolar se sustenta en las calificaciones y la rendición de cuentas, sin embargo pretender que regresaremos a las formas de enseñanza tradicionales es poco realista e inviable, debemos encontrar e institucionalizar nuevas prácticas formativas en la educación, no tenemos nada que perder y sí mucho por ganar.
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