Luego de aplicar una evaluación, es necesario que el docente en conjunto con el equipo técnico pedagógico del establecimiento, desarrollen una reflexión pedagógica profunda, recopilando información clave como lo son las fortalezas y debilidades de un curso y el nivel de aprendizaje en el que se encuentra cada uno de los estudiantes, información primordial para una comunidad educativa, ya que de esta manera, tenemos una base para retroalimentar la enseñanza, potenciar los logros esperados e intencionar las actividades para nivelar los aprendizajes de los estudiantes, ya que no se puede iniciar una unidad de aprendizaje sin el manejo de los conocimientos y experiencias previas necesarias para un nuevo aprendizaje.
A continuación te dejamos 4 acciones remediales que puedes implementar en tu curso después de aplicar una evaluación:
- Ajusta tu diseño de clases: La evaluación diagnóstico te permitirá identificar los distintos niveles de aprendizaje con que cuenta tu curso, una vez que tengas dicha información, podrás intencionar tu planificación, poniendo énfasis en los objetivos más disminuidos del curso, sin tener que repasar todos los contenidos vistos anteriormente. Este procedimiento es clave para el éxito de un curso al término del año, ya que si no se realiza la planificación midiendo el estado de logro, seremos solamente ejecutores de un currículum sin profundidad ni adaptado a la realidad de los estudiantes.
- Analiza los resultados en un tiempo oportuno: Obtén información clave luego de la evaluación en el menor tiempo posible, esto es primordial para poder diseñar acciones remediales y corregirel rumbo de la enseñanza. Un tiempo oportuno se estipula en menos de una semana luego de aplicada una evaluación diagnóstico, intermedia o final. La información que te permite tomar mejores decisiones corresponde a porcentaje de logro por objetivo evaluado, habilidad y eje. Y poder agrupar estudiantes por niveles de logro, para así personalizar la enseñanza.
- Impulsar actividades de Metacognición: Esta es una estrategia muy probada, la cual propone enseñar a los estudiantes a autodirigir su aprendizaje, identificando sus errores y en el proceso, cambiar sus acciones hasta llegar a la respuesta correcta. Una buena práctica es entregarles una vez terminada la evaluación, actividades o preguntas muy similares a las aplicadas en la evaluación pero enfocada en aquellos objetivos de aprendizaje donde tuvo mayor debilidad, de este modo, el estudiante identificará claramente las preguntas en las que falló, pero sobretodo, entenderá el procedimiento correcto para llegar al resultado esperado.
- Involucrar a los apoderados en el proceso formativo del estudiante: Mejorar el aprendizaje debe ser el principal foco y compromiso de todos. En este sentido, sería ideal entregarle información fácil de digerir a los apoderados, que entiendan principalmente que es lo que sabe y lo que aún no logra comprender su hijo, de esta forma se pueden definir metas en conjunto con el estudiante, que sean alcanzables para él y así aumentar su autoestima, mejorar su nivel de aprendizaje y rendimiento en clases.