Por mucho tiempo se ha considerado a los libros de texto como un elemento principal en el aula de clases. Más recientemente, las editoriales de estos libros complementan estos materiales con plataformas en línea, normalmente interactivas. Aunque éstos son un buen recurso para brindar ideas a nuestros docentes, hay una serie de consecuencias que muchas veces no hacemos evidente al estar trabajando con ciertos materiales.
Aún incorporando la virtualidad a estas dinámicas, las consecuencias que tiene el implementar actividades basadas en estos materiales recaen sobre todo en el profesor y en los resultados con los estudiantes. A continuación, te hablaremos de algunos de los puntos más relevantes de porqué trabajar con libros y plataformas editoriales no debería ser la principal herramienta de las clases en tu escuela:
Si bien los libros de texto pueden ser un apoyo para el profesor, la educación del siglo XXI debe trascender a aprendizajes colaborativos y activos por parte de los estudiantes. Sin un trabajo que les permita tomar responsabilidad y acción sobre sus propios aprendizajes, así como profesores que no los guíen hacia esto innovando con nuevas ideas y que solo se dediquen al cumplimiento de contenidos encasillados, los estudiantes caerán en dinámicas desmotivantes, obteniendo un menor logro de aprendizaje.
El contar con un espacio en donde los estudiantes puedan dar cuenta de su aprendizaje a través de actividades significativas, ya sea individuales o grupales, y puedan ser retroalimentados de manera efectiva, permitirá un buen desempeño y desarrollo de sus habilidades, conduciéndolos así a una mayor motivación para lograr los aprendizajes.
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