¿CÓMO PLANIFICAR LA ENSEÑANZA EN BASE A LAS CIENCIAS DEL APRENDIZAJE?

La investigación nos muestra que no solo es importante cuánto tiempo destinamos para que los estudiantes aprendan algo, sino también cómo lo usamos y distribuimos durante el año.


Muchos docentes y líderes escolares en Latinoamérica están revisando sus planificaciones para comenzar el año escolar de la mejor manera. Aun cuando la planificación a veces es vista como un trámite administrativo, sabemos que es una excelente herramienta pedagógica.

Cuando está finalizando el año escolar es muy común que las escuelas  destinen un tiempo especial para la planificación del siguiente año. Esta es una oportunidad para conversar, colaborar y reflexionar junto a los colegas sobre cuáles son los aprendizajes que esperamos que nuestros estudiantes alcancen, y cuáles son las mejores estrategias que podemos utilizar para favorecer esos aprendizajes.

Una buena planificación es fundamental para generar mayores aprendizajes de los estudiantes. El éxito del proceso de enseñanza y aprendizaje no se juega únicamente durante la clase, sino que comienza en la fase de planificación o diseño. Como dice Doug Lemov (autor del libro “Enseña como un campeón”), la planificación “prepara el terreno para tu éxito una vez que entres por la puerta [de la clase]” (Lemov, 2010, p. 57).

Sin embargo, en muchas escuelas, la planificación es simplemente un trámite administrativo antes de las vacaciones. En muchos casos la planificación está muy contaminada de creencias negativas y le hemos quitado su valor pedagógico.

No obstante, cuando planificamos de manera reflexionada y utilizamos estrategias basadas en evidencia, se observan beneficios para los estudiantes y también para los docentes. Por una parte, los estudiantes tienen una clase mejor pensada y van a participar de actividades que tienen más probabilidades de ayudarlos a aprender. Y, por otro lado, el docente también se ve beneficiado porque disminuye la incertidumbre en el proceso de enseñanza. La ejecución de la clase ya es lo suficientemente demandante y siempre contiene un grado de incertidumbre.

Una buena planificación puede ayudar al docente a reducir la incertidumbre, a enfocar su atención en enfrentar los desafíos propios de la clase, evitar distracciones y obstáculos que se podrían haber previsto. Además, cuando los docentes planifican y ejecutan su enseñanza utilizando estrategias basadas en evidencia, ahorran tiempo. Por ejemplo, si un docente cree en el mito de la pirámide del aprendizaje, va a diseñar el año escolar sobre una base equivocada de cómo sus estudiantes aprenden. En simple, va a desperdiciar su tiempo. En cambio, es preferible que para su planificación contemple estrategias basadas en evidencia científica sobre cómo aprendemos, tales como la práctica de recuperación y la práctica espaciada.

Conoce sobre la práctica de recuperación y la práctica espaciada en los siguientes videos👇🏻👇🏻

 

¿Por qué la práctica de recuperación y la práctica espaciada funcionan?

La práctica de recuperación y práctica espaciada ayudan al aprendizaje porque se basan en cómo funciona nuestra memoria. Imaginemos que hay un estudiante que aprende el 100% del material de aprendizaje. La curva de Ebbinghaus muestra que luego del primer día hay una disminución significativa sobre lo que el estudiante puede recordar. Ya no recuerda el 100% sino que alrededor del 80%. Sin embargo, estas son estimaciones, no podemos predecir qué luego de un día hay un 20% de olvido. Pero, si podemos quedarnos con la idea: luego del primer día de haber aprendido comienza a operar el olvido. Una semana más tarde el olvido ya es mucho mayor. Entonces, cuando no tenemos actividades para intentar recordar lo aprendido, el olvido actúa.

Cómo funciona el olvido

Lo que hace la práctica de recuperación y la práctica espaciada es ayudar al estudiante a revisar el material aprendido. Al hacer ese ejercicio, se puede recuperar lo olvidado y fortalecer el aprendizaje en la memoria a largo plazo. El gráfico también nos muestra que los aprendizajes permanecen en nuestra memoria a largo plazo por más tiempo, en la medida que hay más espacios de evocación.

Cuando aplicamos la práctica espaciada en la enseñanza, nos hacemos amigos del olvido y no lo vemos como algo negativo. En la práctica espaciada, el olvido está controlado por el docente. Buscamos que pase un tiempo para el olvido. Entonces, ese olvido deseable es lo que genera la dificultad. Por ejemplo, intencionadamente podemos esperar 2 días para trabajar un nuevo contenido y luego de 7 días podemos volver a abordarlo en clases. Eso generará que el estudiante tenga que esforzarse por recordar, lo cual fortalecerá sus aprendizajes en su memoria a largo plazo.


Esperamos que con este artículo y la grabación de nuestro Lirmi LIVE puedas sacar algunas ideas para utilizar en tus clases👇🏻👇🏻


  

Referencias:

  • Agarwal, P. K., Roediger, H. L., Mcdaniel, M., & McDermott, K. (2018). Cómo utilizar a práctica de recuperación para mejorar el aprendizaje (R. Hernández & L. Edinborough, Trans.). Saint Louis, Misuri. Washington University in St. Louis. 
  • Hattie, J., & Yates, G. C. R. (2014). Visible Learning and the Science of How We Learn (pp. 1–349). https://doi.org/10.4324/9781315885025
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