Una de las razones de por qué es importante tener buenas estrategias de estudio es porque la atención y la memoria son la base del aprendizaje.
Los métodos de estudio más recomendados hoy en día por los artículos científicos provenientes de las ciencias del aprendizaje deben integrar los siguientes principios o estrategias que les mencionamos a continuación.
Implica distribuir la materia en sesiones más pequeñas a lo largo del tiempo. Los estudios acerca de práctica espaciada sugieren que funciona en:
Ocurre cuando intentamos recuperar/evocar/recordar lo aprendido. Si bien funciona por si solo, funciona mejor si se utiliza con retroalimentación. La investigación ha demostrado que la Práctica de Recuperación funciona en distintas edades, etapas del desarrollo y distintas disciplinas; y que es una práctica relevante para habilidades y para contenidos.
Para aprender diferentes cosas es mejor irlas combinando que enfocarse en dominar una antes de pasar a la siguiente. Esto es lo q se conoce cómo práctica entrelazada.
Consiste en combinar el ejercicio/repaso de contenidos. Es necesario que los diferentes contenidos sean suficientemente similares y distintos a la vez para que requiera esfuerzo por parte de un estudiante evaluar cuál de los dos contenidos aplicar. La clave está en que la práctica entrelazada promueve la discriminación entre los contenidos.
El gran problema reportado por distintos artículos científicos es que los estudiantes no suelen utilizar estas técnicas. Los que más se utilizan son según Miyatsu, Nguyen, & McDaniel (2018) son:
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Referencias:
Roediger, H. L., III, & Pyc, M. A. (2012). Inexpensive techniques to improve education: Applying cognitive psychology to enhance educational practice. Journal of Applied Research in Memory and Cognition, 1(4), 242–248. https://doi.org/10.1016/j.jarmac.2012.09.002
Dunlosky, J., Rawson, K. A., Marsh, E. J., Nathan, M. J., & Willingham, D. T. (2013). Improving students’ learning with effective learning techniques: Promising directions from cognitive and educational psychology. Psychological Science in the Public Interest, 14, 4–58.
Miyatsu, T., Nguyen, K., & McDaniel, M. A. (2018). Five popular study strategies: Their pitfalls and optimal implementations. Perspectives on Psychological Science, 13(3), 390–407. https://doi.org/10.1177/1745691617710510
Blasiman, R. N., Dunlosky, J., & Rawson, K. A. (2017). The what, how much, and when of study strategies: comparing intended versus actual study behaviour. Memory, 25(6), 784–792. https://doi.org/10.1080/09658211.2016.1221974
Fiorella, L. (2020). The science of habit and its implications for student learning and well-being. Educational Psychology Review, 32(3), 603–625. https://doi.org/10.1007/s10648-020-09525-1
Biwer, F., de Bruin, A. B. H., Schreurs, S., & oude Egbrink, M. G. A. (2020). Future steps in teaching desirably difficult learning strategies: Reflections from the study smart program. Journal of Applied Research in Memory and Cognition, 9(4), 439–446. https://doi.org/10.1016/j.jarmac.2020.07.006
Dirkx, K. J. H., Camp, G., Kester, L., & Kirschner, P. A. (2019). Do secondary school students make use of effective study strategies when they study on their own? Applied Cognitive Psychology, 33(5), 952–957. https://doi.org/10.1002/acp.3584